Según Cavanilles esta zona era la peor y mas septentrional del reino, refiriéndose a la Tinença, decía que tenia poca extensión, sobre unas tres leguas, pero que costaba mas de siete horas en cruzarla, por las frecuentes cuestas y barrancos, que existian. La zona fue poblada ya de muy antiguo, como lo demuestra la existencia de pinturas rupestres cerca de allí, se conservan también los restos de un antiguo poblado íbero, llamado de La Morranda.
Fue también tierra de árabes, como lo demuestran los restos del castillo de Benihazá, en un cerro en las proximidades del viejo monasterio de Padres Bernardos, que dio nombre a la comarca.
El pueblo se encuentra en lo alto de un cerro, es un bello lugar, muy representativo de la arquitectura popular de la comarca de la Tinença. Pasear por sus calles empedradas, para observar las fachadas de piedra de sus casas, muchas con sus puertas de sillería, con sus arcos de medio punto, característicos balcones construidos de madera y algunos de hierro forjado.
En la Plaza Mayor, destaca el campanario de la Iglesia Parroquial, dedicada a San Salvador, con una pequeña plazuela que da acceso al templo. Voy con frecuencia a visitarlo, porque es uno de los pueblos que me llama la atención, y por los paisajes agrestes que se observan desde allí.
La iglesia es de las que se denominan tipo reconquista, eran construcciones sencillas, con planta del románico tardío, normalmente eran tres tramos de arcos, con el techo de madera. |
Antiguo ayuntamiento, con un precioso reloj de sol haciendo competencia, al mecánico del campanario, es de los pocos que quedan bien cuidados en nuestros pueblos. |
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