Herbes

(Sic) Ancho barranco sustenta

a la población de Herbés;

su número de almas es

de setecientas cincuenta.

Tiene montes elevados

y su clima en los rigores

se conoce de calores

y de fríos extremados.

Su producto mejor es

el de sus bosques de encinas,

pinos, robles y sabinas,

y su cultivo la miés.

Del libro: "La provincia de Castellón, su geografía, historia y estadística", libro en verso para ser leído en las escuelas de instrucción primaria, su autor D.C.P. de Sillán, 1883

Situado en la parte mas septentrional de Castellón, es puerta de acceso a la Matarraña aragonesa, a través del cañón del río Escalona que atraviesa su valle. 
Como todos nuestros pueblos cuenta con un origen musulmán, como pequeña alquería rural, que fue conquistada por Don Blasco de Alagón en 1232, su carta puebla data de 1233, dada al caballero aragonés Juan Garcés, que fue el primer señor de Herbés. Se llamo en un principio 'Herbes Jussans', que significa "abajo" o "por debajo", para diferenciarlo de Herbeset (Herbes Sobirans), situado en lo alto.
Como curiosidad, el General Cabrera en 1839, estuvo a punto de morir por enfermedad en este pueblo.

El edificio que destaca es el palacio castillo de los Barones de Herbés, que se encuentra en lo mas alto dominando el pueblo, titulo que a lo largo de la historia han llevado diferentes familias, desde el fundador Garcés, pasando por diferentes avatares a las familias de los Cubells, de los Valls y finalmente a la familia Ram de Viu. Lleva tiempo en restauración, si algún día se acaba, será un gran referente turístico.

La Iglesia parroquial esta dedicada a San Bartolomé Apóstol es del s.XIV, no tiene un estilo definido, destaca su puerta de arco de medio punto, enfrente se encuentra el Calvario de la población, y anexo a la iglesia el cementerio antiguo de origen medieval.

El ayuntamiento es un edificio del s.XIV, da acceso a la plaza donde se encuentra la Iglesia y el camino de entrada al palacio

De todas las veces que lo he visitado, lo que mas me ha impresionado es el silencio, la falta de ruidos. Pasear por sus calles es muy agradable, lo mismo que sus gentes.

Hay muchos sitios que ver y patear, destaca el lugar donde se encuentra la ermita de la virgen del Sargar.