Calig

Del libro: "La Provincia de Castellón de la Plana, su geografía y estadística", libro escrito en verso para que sirva de lectura en las escuelas de instrucción pública, de D.C.P. de Sillán, 1883.

Tres mil quinientos

habitadores

contiene Cálig

en bajo monte.

Su clima es sano, 

y, aunque es de pobres

aguas su campo,

en él se coge

de rico vino

cosecha enorme.

Situada sobre una colina, fue fundada por Hugo de Folcarquer en 1234, sobre asentamientos mas primitivos,  Calig perteneció al castillo de Cervera, y a las ordenes militares del Hospital y de Montesa, en 1540 se convirtió en villa independiente. Sufrio todas las guerras pagando caro las contiendas.

Uno de los edificios históricos mas representativos de Calig, es su torre medieval del s. XIII, una solida construcción defensiva, que se ha quedado en el centro de la población, dependiente del castillo de Cervera, como atalaya, servia como defensa y refugio de la población, ha sido en otras épocas utilizada como Ayuntamiento, prisión y almacén.

Paseando por sus calles, nos encontramos con edificios medievales, construidos en sillería, muchos de los cuales están en abandono y ruina total, aún así el pasear por sus calles estrechas y limpias, es muy agradable.

Son llamativos los antiguos pozos de agua que se encuentran distribuidos por la población y el término, nos imaginamos a las gentes con sus cántaras y botijos ir a buscar para su consumo, ese bien tan preciado.

La Iglesia Parroquial esta bajo la advocación de San Lorenzo, se empezó a construir en el siglo XIV , fue ampliada y culminada en el s XVII, destaca el pórtico de entrada principal que es del s.XVIII.

En el casco urbano, en la confluencia de dos calles, se encuentra la capilla dedicada a nuestra Señora de los Desamparados, es una capillita del s. XVIII, creo que es la única que a sobrevivido de otras que existieron en la población.

Hay que visitar el paraje donde se ubica la ermita de la virgen del Socorro o del Socós, como se llama popularmente, con una gran vegetación y arbolado, donde aún sobrevive, amén de la leyenda, un viejo olmo centenario.