Del libro: "La provincia de Castellón, su geografía, historia y estadística"
Libro en verso para ser leído en las escuelas de instrucción primaria, su autor D.C.P. de Sillán, 1883
En Cortes de Arenoso
muy montañoso,
su clima, aunque salubre,
muy frio es;
mil setecientas almas
contiene, y su cultivo
es el olivo,
la cepa y mies.
En sus montes de viejos
bosques poblados,
de lanares ganados
hay mucha res.
Por sus tierras han pasado todos los pueblos que han poblado nuestra península, como lo demuestran los multiples yacimientos arqueológicos que se encuentran en su término. Su historia reciente es árabe como la mayoría de los pueblos del Mijares, pertenecía al último rey moro de Valencia Zeit Abuceit, que ante el avance cristiano, decidió convertirse y jurar lealtad a Jaime I, que lo nombró Señor de Arenós y el inicio de la baronía, ligada también a Puebla de Arenoso y Campos de Arenoso, a partir de aquí su historia viene ligada a la de los Señores de Arenós y a las vicisitudes que han sufrido todos nuestros pueblos hasta nuestros días.
El pueblo es espectacular, sus calles empinadas, y escalonadas, dirigiéndose hacia lo alto, nos van llevando por rincones insólitos, donde encontramos multitud de detalles que nos trasladan a otras épocas.
Relojes de sol, aldabas y cerraduras, azulejos, capillas, y puertas de otros tiempos, y como no, los malditos cables del progreso, que casi arrasan con todo.
La iglesia parroquial esta dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles, como casi todas las del Mijares, es de estilo barroco del s. XVI, destaca su campanario, con una buena colección de campanas.
El agua forma parte del pueblo, de hecho es famosa su embotelladora moderna, por doquier hay fuentes. Destacan la del Pilar próxima al pueblo, es un encanto parar allí en época de cerezas. En la misma entrada están los antiguos lavaderos, que transformados en monumento al agua, nos enseñan los nombres de las diferentes fuentes del término.
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